Mami, puedo comer esto…?

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Mami, puedo comer esto…?

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MAMI, ESTO PUEDO…?

Si tu hijo tiene celiaquía o alguna intolerancia o alergia  alimentaria te sonarán estas palabras, y probablemente se te encoja un poquito el corazón cada vez que las oyes.

Porque tener restricciones alimentarias es duro, y aún más si quien las tiene no eres tú sino tu hijo/a.

Escribo este post primero para acompañarte, para decirte ánimo, sé que no es fácil, y también para darte algunos tips que quizá te ayuden:

1- No te quedes solo, sola. Asóciate, busca otros mamás y papás y otros niños y niñas con restricciones similares. Te ayudará y ayudará a tu hijo/a. No se sentirá tan raro, en esos encuentros no tendrá ni tendrás que vigilar tanto, porque probablemente pueda comer muchas más cosas que en otras fiestas. Compartirás trucos con otras mamás y papás, de cocina, de marcas, de gestión de vida. También verás que no todos los mamás y papás viven la situación igual y esto puede ayudarte a vivir de otra forma esta situación.

2- Intenta poner mucha fuerza en lo que sí puede comer, y con eso haz tu magia. Restringir alimentos no significa renunciar al disfrute, se trata de intentar darle opciones también ricas para que no le cueste tanto renunciar a lo que no puede comer.

3- Explícale. Sin victimizarlo, sin hacerle sentir pobrecito o pobrecita. Los niños agradecen mucho la claridad. Si tú puedes vivirlo mejor, le ayudarás. De hecho ellos a veces lo viven mejor que los adultos.

4- Y sí, la verdad es que además del precio emocional las mamás y papás de estos niños tenéis un plus económico y de gestión de vida. Comprar y cocinar alimentos sin procesar es muy recomendable, pero la vida de hoy en día no lo pone muy fácil, y no digamos las dificultades cuando salís a comer fuera. Cada vez hay más app para ayudaros, tanto a nivel de etiquetas como de establecimientos, y también tenéis mucha información proporcionada por las propias asociaciones. Si la intolerancia o alergia de vuestro hijo/a es muy rara, asóciate igualmente, porque hay cuestiones comunes a todas y porque la realidad que vivís las familias es similar.

5- Por último, busca profesionales que te apoyen. Que te acompañen, que te ayuden en tu día a día como mamá o papá de un niño/a con restricciones alimentarias. Hoy en día no es suficiente una lista con los alimentos que no puede tomar tu hijo, por suerte hay muchos profesionales los que podemos asesorarte en el cómo hacerlo sin sucumbir en el intento: digestólogos y alergólogos pediátricos, nutricionistas especializados y pediatras y enferermeras formados y sensibilizados .

Y tú: ¿cuál es tu experiencia? me encantará recibir tu feedback.

Dra Ana Barbero Sans, Pediatra Familiar

 

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2 comentarios

  1. Muchas gracias Ana, vivir con un hijo multialergico supone un peso emocional difícil de comprender, especialmente en semanas como la pasada. Dejarle en un colegio que no entiende su realidad ni sabe protegerle. Escuchar que la solución siempre reside en que tu hijo, que ya escucha un 1000% más de Noes que cualquier otro niño, no haga, no vaya, no toque, no coma, no juegue…
    Que las autoridades no ofrezcan protocolos de seguridad, que las marcas no ofrezcan información clara y segura, que los comedores no quieran aceptarte o los restaurantes declinen darte de comer, que las aerolíneas no te transporten.
    Al final es sentir que tienes que luchar siempre y con todo y que cualquier error o pequeño relax puede ocasionar consecuencias graves e imprevisibles.
    Gracias de nuevo por dar visibilidad. Un poco de formación e información pública para distinguir cosas como la Celiaquía, intolerancia o alergia, por parte de profesionales como tú nos ayudaría.

    1. Gracias por tu comentario Coti. Siento mucho lo que estáis pasando. Como adulta sé lo que es abrir la nevera y no poder comer ninguno de los alimentos «normales» que hay en ella e incluso temer la comida, por miedo a que me hiciera daño. Como madre también he vivido esas fiestas de cumpleaños, el dolor de decir no, el agotamiento emocional de cocinar, mirar etiquetas, hablar con camareros, comedor de escuela y otros. Sólo me queda darte ánimos, desearte que se resuelva esa intolerancia y, si es algo persistente como la celiaquía o las alergias, que encontréis formas de disfrute y de convivencia lo mejor posible con ellas. Vivir es más que comer, con intolerancias o no todos tenemos derecho a que las horas de las comidas sean fuente de placer, de nutrición verdadera, de Amor, y no de tensión o amenaza.
      Un abrazo
      Ana

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