[et_pb_section fb_built=»1″ admin_label=»Subscribe» _builder_version=»3.22″ use_background_color_gradient=»on» background_color_gradient_start=»#474ab6″ background_color_gradient_end=»#9271f6″ background_blend=»overlay» custom_padding=»100px|0px|17px|0px|false|false»][et_pb_row custom_padding=»27px|0px|0|0px|false|false» custom_margin=»|||» padding_top_2=»60px» _builder_version=»3.22″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» animation_style=»zoom» animation_direction=»bottom» animation_intensity_zoom=»6%» locked=»off»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.0.47″][et_pb_text _builder_version=»3.3.1″ header_font=»|on|||» header_font_size=»42px» header_font_size_last_edited=»on|desktop» header_line_height=»1.3em» background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» text_orientation=»center» background_layout=»dark» max_width=»530px» module_alignment=»center» custom_padding=»|||» locked=»off»]
CONSULTA DE PEDIATRÍA FAMILIAR EN EL MUNDO DE LA CRIANZA:
[/et_pb_text][et_pb_divider color=»#09e1c0″ divider_weight=»4px» disabled_on=»on|on|off» _builder_version=»3.2″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» max_width=»40px» module_alignment=»center» custom_margin=»||10px|» animation_style=»zoom» animation_direction=»left» saved_tabs=»all» locked=»off»][/et_pb_divider][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section][et_pb_section fb_built=»1″ admin_label=»Blog Hero» _builder_version=»3.22″ use_background_color_gradient=»on» background_color_gradient_start=»rgba(229,229,255,0.24)» background_color_gradient_end=»#ffffff» background_blend=»multiply» custom_padding=»48px|0px|100px|0px|false|false» animation_style=»slide» animation_direction=»top» animation_intensity_slide=»2%» locked=»off»][et_pb_row custom_padding=»3px|0px|27px|0px|false|false» custom_margin=»|||» _builder_version=»3.22″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» max_width=»1810px» module_alignment=»center» use_custom_width=»on» custom_width_px=»1810px»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.0.47″][et_pb_text _builder_version=»3.3.1″ text_font=»||||||||» text_text_color=»#474ab6″ text_font_size=»16px» text_line_height=»1.9em» background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» max_width=»54%» module_alignment=»center» locked=»off»]Y AHORA… QUÉ?
Son las 3 de la tarde, bebé ha cumplido 1 día!
Nunca hubo bebé tan esperado, tan deseado.
Después de un embarazo maravilloso, la mejor etapa de tu vida sin duda, parir a bebé ha sido la experiencia más alucinante. Acompañada, respetada, bebé por fin coronó y salió a esta parte del mundo.
Inmediatamente, quizá incluso antes de que expulsaras la placenta, pudiste ponértelo al pecho y al momento abrió a lo grande esa boquita y comenzó a mamar.
Sentiste cómo el amor te desbordaba y tu marido y tú os enamorasteis de vuestra criatura en este preciso instante.
Ha estado bastante dormidito de ayer a hoy, hoy ya pide más a menudo. Disfrutas con cada toma, te entra ese cosquilleo en todo tu ser, mezcla de ternura, admiración e incluso físicamente con la sensación de amamantar. Desde la nursería han venido sólo en algunos momentos a ver cómo iba todo, la experta en lactancia materna que os recibió al subir a la habitación va pasando regularmente por si necesitáis algo de ella.
Tu pareja ha estado ahí en todo momento, centrado en ti. Aunque no ha dormido nada pendiente de vosotros se le nota fresco como una rosa, ávido de cambiarle los pañales a vuestro bebé. Sólo ha enviado algún mensajito a los más íntimos, pero luego ha guardado el móvil y ni recuerda dónde lo ha dejado. Ah y en el parto fue una maravilla: ahí cogiéndote la mano todo el tiempo, animándote y agradeciéndote, tu embarazo, tu parto. Mañana os vais a casa y ya tiene reservado este mes completo para vosotros, la lista de menús para que podáis seguir comiendo equilibradamente y una agenda donde organizará las visitas que iréis teniendo.
Reinan la Paz y la Armonía en este pequeño rincón de la sala de neonatos del Hospital… por cierto los abuelos os han llenado de tuppers la nevera, y están montando turnos con tus cuñadas para ir viniendo a limpiar la casa y ver si necesitáis algo a nivel de intendencia.
O quizá vuestra historia se parezca más a esta otra, o al menos en algunas partes…
Son las 3 de la tarde, bebé ha cumplido 1 día!
Nunca hubo bebé tan esperado, tan deseado.
La verdad es que como pareja teníais la idea de ser padres en algún momento, pero nunca pensasteis que te quedarías embarazada tan pronto!
O simplemente después de esa noche divertidísima de la que apenas recuerdas nada te diste cuenta con horror de lo que estaba sucediendo en tu interior, y del papá nunca más se supo…
O simplemente vino así, sin pensároslo mucho, y os tiene ni fú ni fa, a ver cómo se desarrolla todo…
O a lo mejor después de 4 abortos y 2 In Vitro ya no os queda ilusión, sólo miedo, dolor e incertidumbre.
Después de un embarazo maravilloso, la mejor etapa de tu vida sin duda, parir a bebé ha sido la experiencia más alucinante. Acompañada, respetada, bebé por fin coronó y salió a esta parte del mundo.
A lo mejor sí. A lo mejor no tanto. Quizá los vómitos no pararon a los 3 meses como te habían dicho, o has estado del sofá a la cama durante 3, 4, 5 meses… o como es tu segundo o tercer hijo casi ni has podido darte cuenta de que dentro tuyo estaba creciendo otro hasta que tu propia realidad física se ha impuesto.
Tu ginecólogo está de vacaciones, o quizá te has puesto de parto antes de lo previsto. Nada ha salido como imaginabais, o incluso para salvaros la vida a ti y al bebé se ha tenido que practicar una cesárea urgente . Quizá no habido posibilidad, tiempo o simplemente cultura de hacer las cosas de otra forma, y ha sido el momento más despersonalizado de tu vida, en el que te has sentido más vulnerable, a merced de otros.
Inmediatamente, quizá incluso antes de que expulsaras la placenta, pudiste ponértelo al pecho y al momento abrió a lo grande esa boquita y comenzó a mamar.
Sentiste cómo el amor te desbordaba y tu marido y tú os enamorasteis de vuestra criatura en este preciso instante.
O quizá tu criatura ha nacido a las 30 semanas o menos de embarazo, y ni siquiera parece un bebé.
O corriendo corriendo se lo llevaron a pesarlo y lavarlo y vestirlo y nadie se acordó de ponértelo al pecho.
O quizá, sólo quizá, sí nació cuando tocaba, y te lo pusieron al pecho nada más nacer, pero no sabes qué te pasaba, y te pasa, que NO QUIERES. No quieres darle de mamar, no quieres tocarlo… no lo quieres . Asi, en minúscula, pequeñito, que nadie lo sepa, ni siquiera tú. Que nadie sepa lo mala madre que eres, o que a ti te pasa algo, no eres como TODAS las demás madres, la naturaleza se ha equivocado contigo, eres monstruosa. Sientes vergüenza y horror de ti como persona y como madre.
Nadie se acuerda, ni siquiera tú, de que te pasaste meses y meses tumbada, de que tu vida tal como la conocías se fue al traste y nadie te había preparado para ello. Quizá nadie recuerda, ni siquiera tú, la ilusión en aquel primer embarazo, hace años ya, y de cómo se truncó al segundo, tercer, quizá sexto mes, y de que ya habías estado en un paritorio antes y ese dolor, ese vacío, esa tristeza, sigue anclada en tu corazón.
Ha estado bastante dormidito de ayer a hoy, hoy ya pide más a menudo. Disfrutas con cada toma, te entra ese cosquilleo en todo tu ser, mezcla de ternura, admiración e incluso físicamente con la sensación de amamantar. Desde la nursería han venido sólo en algunos momentos a ver cómo iba todo, la experta en lactancia materna que os recibió al subir a la habitación va pasando regularmente por si necesitáis algo de ella.
Algo le pasa a tu bebé! Te explicaron en las clases preparto que mamaría cada 3 horas como un reloj, que no hay que aprender nada, esto es innato te dijeron, bueno, aparte de no sé qué de barriga con barriga que no entendías, porque con esa barriga tan descomunal era difícil hacerse a la idea…
Quizá ha estado en a nursería casi todo el tiempo, y sí te lo han traído cada 3 horas, o quizá sí ha estado con vosotros pero esto no funciona. Ni de lejos. Primero dormido dormido, pero si es que avisasteis al pediatra por si le pasaba algo! Y ahora berreando, histérico, incapaz de agarrarse a unos pezones que ya comienzan a dolerte, y tú agotada, nerviosa, incapaz de contenerlo y acompañaros.
O quizá sí estáis bien asesorados, pero todo se te hace una montaña.
Los puntos de la cesárea, de la episiotomía, el agotamiento, puede que mareada, aún en ayunas, y la cosa simplemente no funciona, o funciona pero esto no es cada 3 horas, esto no es lo que tú te esperabas.
Y parece que no tienes derecho a decidir. Parece que lo que tú puedes o, simplemente, quieres, no importa. La lactancia materna es lo mejor para tu bebé . Fin de la discusión, si es que llega a haber discusión aunque sea dentro tuyo.
Tu pareja ha estado ahí en todo momento, centrado en ti. Aunque no ha dormido nada pendiente de vosotros se le nota fresco como una rosa, ávido de cambiarle los pañales a vuestro bebé. Sólo ha enviado algún mensajito a los más íntimos, pero luego ha guardado el móvil y ni recuerda dónde lo ha dejado. Ah y en el parto fue una maravilla: ahí cogiéndote la mano todo el tiempo, animándote y agradeciéndote, tu embarazo, tu parto. Mañana os vais a casa y ya tiene reservado este mes completo para vosotros, la lista de menús para que podáis seguir comiendo equilibradamente y una agenda donde organizará las visitas que iréis teniendo.
Ehem…. Puede que sí, por supuesto. Pero también puede que no. Para empezar, puede que no haya pareja. O puede que la haya pero como si no. Que incluso durante el embarazo algo raro le esté pasando, ya no es el mismo. Tú ilusionada con tu tripa i comprando ropita, y él que hasta le puso la cuna a regañadientes!!!
Puede ser que él sea así, que no tenga tanta ilusión como ambos pensabais que tendría. O puede ser que esa criatura que ambos perdisteis durante el anterior embarazo también le robara el corazón a él desde que el predictor dio positivo, y ahora no sabe qué hacer con esos sentimientos. O puede ser que en tu anterior parto, o en el de alguna otra mujer que conozca, haya sentido el terror de que te pasara algo o, peor, de tener que escoger entre tu vida y la de vuestro bebé, sabiendo que no le perdonarías si escogiera que vivieras tú.
Puede ser que a él tampoco le hayan preparado para cuidar, para cuidarte, para cuidaros. Y necesite todo el apoyo, y llame a todos, y digo a todos, para que vengan a veros al hospital. A su jefe, a los amigos de la bici, de las cervezas, y hasta al vecino de enfrente. Quizá porque está exultante, quizá porque simplemente no sabe lo que de verdad necesitas. Quizá porque no sabe dónde colocarse, cómo ayudarte, porque el bebé te necesita a ti y sólo a ti parece. Porque parece que tú lo sabes todo y él no sabe nada
Reinan la Paz y la Armonía en este pequeño rincón de la sala de neonatos del Hospital… por cierto los abuelos os han llenado de tuppers la nevera, y están montando turnos con tus cuñadas para ir viniendo a limpiar la casa y ver si necesitáis algo a nivel de intendencia.
Ojalá. Y a veces sí es así. A veces la gente capta lo que necesitáis, o vosotros sois capaces de expresarlo con asertividad y amabilidad. Otras veces no. Agotada, nerviosa, cada vez que alguien se acerca a tu bebé te sale un no sé qué, una agresividad que no sabes de dónde sale, y que todos juzgan. Sin comprender que la naturaleza te ha diseñado para ser tierna y amable, sí, pero con TU bebé. También te ha diseñado para protegerle y defenderle, incluso de estas personas tan amables que quizá han venido “aunque estaban resfriados, porque les sabía mal”, o que sin lavarse las manos las extienden para que les pases a TU bebé.
No sé si esto os suena, o no. Si parte, o si todo. Sí sé que son todas reales, compartidas en mi consulta y en los grupos que conduzco. Sí sé que lo peor a veces no es la propia situación, sino el no poder llorar.
El no poder admitir abiertamente que estamos tristes, aunque no sepamos por qué.
El no poder compartir que nada, nada, es como esperábamos. Y el tener que fingir: fingir una alegría que no sentimos, o no todo el tiempo, o sentimos pero estamos tan agotados que ni nos damos cuenta.
¿Os suena todo esto? ¿resuena en vuestro interior? ¿tenéis sed de un espacio para vosotros, porque estáis ahogados, perdidos?
Os invito a mi Consulta de Pediatría Familiar. Podéis y os recomiendo tener vuestro pediatra, vuestra enfermera pediátrica, pero quizá durante un tiempo os vaya bien mi compañía. Estaré encantada de visitar a vuestro bebé, y de resolver las dudas que podáis tener, pero sobre todo estaré encantada de acompañaros. De escucharos y ayudaros, de aliviaros.
BIENVENIDOS!
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]